Perfectas para acompañar con arroz, pasta o simplemente para disfrutarlas solas. La combinación de las albóndigas jugosas con la salsa de tomate rica y aromática crea un plato clásico que satisface el paladar y ofrece una experiencia gastronómica reconfortante. ¡Disfruta de este manjar casero lleno de sabor!
En un recipiente echamos la carne y salpimentamos.
Echamos el orégano y la sal de ajo y mezclamos todo bien.
Vertemos el huevo y la leche y mezclamos.
Echamos el pan rallado y mezclamos.
Hacemos bolitas con la carne y lo enharinamos.
En una cazuela grande ponemos una capa fina de aceite de oliva y calentamos.
Echamos las albóndigas enharinadas y las freímos hasta que estén un poco doradas y las retiramos.
En el mismo aceite echamos la cebolla bien picada y lo ponemos a fuego lento con una pizca de pimentón.
Echamos los champiñones y ponemos una cucharadita de sal y mantenemos 10 min.
Machacamos el diente de ajo y lo echamos en la cazuela con un chorrito de vino blanco y subimos el fuego al máximo para que evapore.
Bajamos a fuego bajo y echamos el tomate y las albóndigas.
Echamos el eneldo y un chorrito de agua.
Ponemos la tapa de la cazuela y dejamos guisando unos 20 min.
Probamos la salsa y rectificamos si es necesario la sal.
Si la salsa es muy espesa echar un poco más de agua.
Dejar guisando 10 min y servir.